Una educación formal depauperada. Los jóvenes en su presente mexicano (I), por Francisco Vásquez*
Dickens no tuvo una educación universitaria y los hombres de letras de Oxford y Cambridge, que en los últimos tiempos han escudriñado quisquillosamente gran parte del pasado inglés, lo han hecho a un lado con gran arrogancia.
Edmund Wilson
La educación preuniversitaria y universitaria en México se encuentra en una encrucijada. La opción de continuar como si no pasara nada es una apuesta suicida. La rápida evolución de la tecnología, las cambiantes necesidades del mercado laboral y los desafíos derivados de la deficiente formación docente y estudiantil en la etapa temprana son fuerzas poderosas que abren perspectivas, pero sobre todo que amenazan a la sociedad con una atrofia de conocimiento a corto y mediano plazos. Apuntaremos en adelante algunos de los retos y las acciones que intuímos necesarias para que la educación profesional se transforme, pero no se desdibuje, que se renueve mas no pierda perspectiva ni olvide su herencia institucional centenaria.
1. Los retos de las instituciones universitarias ante las necesidades laborales que se vislumbran
Es una obviedad decir que el mundo laboral está experimentando cambios significativos, impulsados por la automatización, la inteligencia artificial y la globalización. Pero menos obvia es la situación que enfrentan los jóvenes en edades productivas y sus intereses personales, de género, de compromiso social y de cuidado del ambiente. Las instituciones universitarias tienen la responsabilidad de formar a los estudiantes para afrontar los desafíos de su preparación y también deben sensibilizarse en torno a las expectativas generacionales. Para ello, es crucial que se colabore con los jóvenes y con el ámbito productivo (laboral, empresarial, institucional) para poder identificar las habilidades, competencias, necesidades particulares e intereses que se requiere alinear a los espacios laborales actuales con alguna perspectiva de futuro.
La flexibilidad y la adaptabilidad son habilidades clave en este nuevo panorama laboral, tanto más de las instituciones educativas como de los jóvenes. Las instituciones universitarias deben fomentar la adquisición de habilidades interdisciplinarias y promover el aprendizaje permanente. Los programas académicos deben adaptarse al presente y proporcionar oportunidades para la formación en habilidades blandas, como la comunicación efectiva y el trabajo en equipo, por una parte, y las habilidades ahora abandonadas relacionadas con el latín, la ética profunda y la economía.
Veamos más de cerca algunos aspectos de los retos de las instituciones universitarias, como son la transformación universitaria mundial, la educación a distancia, el valor de los posgrados y la importancia de la formación continua.
Transformación universitaria:
a. Competencias académicas y laborales: las escuelas enfrentan el desafío de adecuar sus programas académicos para fomentar competencias teóricas y habilidades prácticas que el ámbito laboral actual demanda, como las de comunicación, trabajo en equipo, liderazgo, toma de decisiones y resolución de problemas.
b. Internacionalización: la globalización, aún en un entorno de nearshoring, ha aumentado la movilidad de la fuerza laboral y la necesidad de competencias interculturales. Las universidades deben promover la internacionalización a través de programas de intercambio, colaboraciones y enfoques interculturales en la enseñanza.Educación a distancia:
a. El acceso a la educación a distancia ha demostrado su eficacia al llegar a estudiantes de regiones remotas. Las instituciones deben mejorar la calidad de la educación en línea, a distancia, síncrona y asíncrona y garantizar la equidad del acceso.
b. Flexibilidad: la educación a distancia ofrece flexibilidad en cuanto a la programación de clases, lo que permite a los estudiantes combinar sus estudios con responsabilidades laborales y familiares, por ello, las instituciones deben adaptar sus enfoques pedagógicos y tecnológicos para satisfacer las necesidades de los estudiantes.Valor de los posgrados:
a. Especialización y competitividad: los posgrados ofrecen la oportunidad de especializarse en campos de alto valor y adquirir conocimientos profundos. Las escuelas deben crear programas alineados a las necesidades laborales locales que promuevan la empleabilidad de sus graduados, incluyendo el emprendedurismo.
b. Investigación y desarrollo: los posgrados también juegan un papel importante en la promoción de la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, por lo que las escuelas deben promover la investigación y la colaboración interdisciplinaria en sus programas.Valor de la formación continua:
a. Adaptación constante: la formación continua es esencial para estudiantes e instituciones universitarias. Estas deben ofrecer cursos, diplomados y talleres que permitan a los profesionales mantenerse actualizados y adquirir nuevas habilidades a lo largo de sus carreras.
b. Alianzas con la industria: la colaboración con empresas y la industria es fundamental para diseñar programas de formación continua relevantes. Las instituciones deben establecer alianzas estratégicas que aseguren que la formación esté alineada con las necesidades de la oferta laboral en perspectiva, por ejemplo la educación dual y las prácticas laborales.
Las universidades y tecnológicos enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno laboral cambiante, lo que implica transformar la forma de educar: expandir la educación a distancia, valorar los posgrados como medios para la especialización y la investigación, y promover la formación continua. Sólo a través de la innovación y la adaptación permanente podrán satisfacer las necesidades laborales que se vislumbran y brindar a los estudiantes las habilidades necesarias para enfrentar su presente.
2. La deficiente formación docente
Los retos y perspectivas del sistema educativo que hemos visto se enfrentan a un fenómeno sinigual en el tiempo: el prestigio depauperado y la formación como maestros de los docentes. Es un aspecto central y crítico del sistema educativo y tiene un impacto significativo en la formación de los jóvenes estudiantes. El impacto de la baja calidad de la formación y capacitación de los maestros influye en la educación de los estudiantes y en la calidad de vida de la sociedad en general. (Por supuesto que no hablo por el momento de los mejores, de aquellos que precisamente por serlo han influido positivamente en nuestras vidas). El desprestigio del profesional educativo es un tema que deberemos tratar aparte, aquí sólo lo apuntamos.
Inadecuada formación de los maestros:
a. Ausencia de formación pedagógica efectiva: parece que muchos maestros carecen de una formación sólida en pedagogía y metodologías de enseñanza, lo que revela la falta de atención a las necesidades de los estudiantes en el presente.
b. Escasa formación en gestión de grupo: gestionar el comportamiento de los estudiantes y crear un entorno de aprendizaje positivo es fundamental. Esta carencia da lugar a aulas desorganizadas y dificultades para mantener la atención de los estudiantes.
c. Carencia de habilidades interpersonales: la formación de maestros a menudo no incluye un enfoque suficiente en el desarrollo de habilidades interpersonales, como la empatía y la comunicación efectiva, que son esenciales para crear relaciones positivas con los estudiantes.Baja calidad de la capacitación:
a. Falta de actualización: las formas de enseñar están en constante transformación, las personas cambian y con ellas la sociedad entera. La capacitación de los maestros no puede quedarse atrás. Es imperativo incorporar las mejores prácticas educativas locales e internacionales.
b. Insuficiente enfoque en la diversidad: en un entorno educativo cada vez más diverso, los maestros deben estar preparados para atender una amplia gama de personalidades, necesidades y estilos de aprendizaje.Impacto en la formación de jóvenes estudiantes:
a. Falta de motivación: la inadecuada formación y capacitación de los maestros pueden llevar a métodos de enseñanza monótonos y desmotivadores, provocando desinterés en los estudiantes.
b. Brecha en el aprendizaje: la baja calidad de la capacitación de los maestros puede resultar en una brecha en el aprendizaje por generaciones, lo que puede afectar el éxito académico y el bienestar de los jóvenes estudiantes y la sociedad entera.
c. Menos preparación para el futuro: la inadecuada formación de los maestros puede limitar la capacidad de los estudiantes para adquirir las habilidades y conocimientos necesarios, ya que los estudiantes demandan una educación de calidad para enfrentar las demandas del mundo laboral y la sociedad en constante cambio.
Para abordar esta problemática, es esencial invertir en la formación y capacitación continua de los maestros. Esto lo sabemos desde hace mucho y lo cierto es que en México, las políticas educativas y presupuestales van en sentido contrario. El sistema educativo, se insiste, debe proporcionar programas de desarrollo profesional de alta calidad y de largo aliento que se centren en las tendencias pedagógicas locales e internacionales y en la mejora de las habilidades interpersonales de los maestros, como hemos anotado. Además, es fundamental promover la colaboración y el intercambio de mejores prácticas entre los educadores para elevar la calidad de la enseñanza y mejorar la formación de los jóvenes estudiantes.
Primera coda
Hasta aquí dejamos esta entrega, que se completará con otros dos aspectos generales de la situación educativa para los jóvenes mexicanos, los relacionados con su deficiente educación formal en edades tempranas y el reto de la formación tecnológica en la escuela, igualmente en la educación básica y su impacto, negativo, a su llegada a la educación preuniversitaria y universitaria, en cualquiera de las modalidades de las mismas. Valga adelantar que la pésima forma de entender el humanismo en la actual administración no debe ser un pretexto para depauperar ni la educación humanística ni el rigor de la enseñanza de conceptos, técnicas, herramientas o competencias de cualquier disciplina humana, de las matemáticas a la química, pasando por la literatura, la historia o la filosofía. Y será pertinente abordar en la segunda parte de este artículo los resultados que arroje la evaluación Pisa, levantada el año pasado, en el próximo mes de diciembre, donde no se esperan sorpresas ni mucho menos, como anota Eduardo Andere en sus artículos(1) relacionados (2) con la intrigante prueba estandarizada.
*Francisco Vásquez es editor de contenidos digitales en grupo Edilar, director editorial de Vos Ediciones y doctor en Teoría literaria por la UAMI. Es editor educativo desde 1994