El desconcierto internacional ¿y América Latina? (I), por Aldo Gaínza*
No hay tal cosa como un destino predeterminado para la humanidad.
Yuval Noah Harari
El momento que todos estamos viviendo en el mundo es el más complicado, me atrevo decir, desde la crisis de los misiles de Cuba, en 1962. A diario vemos noticias sobre enfrentamientos en Rusia y Ucrania, en Israel y la Franja de Gaza que nos angustia. Los ejercicios de Rusia con misiles interoceánicos con capacidad nuclear nos preocupan. Sin dejar de mencionar las nuevas variantes de COVID y la posible crisis económica en los EUA. Pero, sin lugar a dudas, el mayor problema que enfrentamos como humanidad hoy en día es el cambio climático. Descuidamos nuestros objetivos para combatir el cambio climático por los conflictos militares y pandemias tanto que nos hacen ver el año 2040, el año que marcan como el no retorno, algo lejano. Quizá sea también que conceptos como calentamiento global y demás jerga que utilizan los científicos para explicar el fenómeno, sean tan abstractos que hacen pensar a las personas de a pie que las medidas que se puedan llevar a cabo de forma individual sean poco relevantes. El hecho es que el mundo conocido ya es otro al inicio del siglo XXI.
Vemos nuevamente al mundo político dividido en dos. Ahora encabezados por los EUA y China, dos potencias que comparten, no obstante, una visión de futuro: un destino manifiesto que los hace pensar que la humanidad requiere de su liderazgo para la salvación del mundo que ellos mismos amenazan. Cada uno acompañado de un grupo de países que parten al mundo en dos.
América Latina
El papel de América Latina en esta nueva configuración mundial es complejo y multifacético, y de un país a otro. Los países latinoamericanos desempeñan un papel fundamental en el abordaje de los desafíos globales, como el cambio climático, los derechos humanos y los problemas de salud global. La selva amazónica, que se extiende por varios países, desempeña un papel crucial en la regulación del clima mundial.
América Latina ocupa una posición estratégica por su proximidad a EUA; sin embargo, China se ha convertido en un actor relevante en la región y su compromiso con los países latinoamericanos abarca varios aspectos clave: es el principal socio comercial, así como inversionista y acreedor para muchos países latinoamericanos. Algunos países latinoamericanos han expresado su preocupación por la deuda asociada con los proyectos de infraestructura chinos, los cuales cubren una variedad de sectores, incluidos el transporte, la energía y las telecomunicaciones. China ha financiado y construido puertos, ferrocarriles e instalaciones energéticas en la región.
Sin duda, el compromiso de China con América Latina ha brindado oportunidades económicas, pero también ha generado preocupaciones sobre la deuda, los impactos ambientales y la influencia política.
La demanda de recursos naturales de China ha llevado a inversiones y acuerdos comerciales con países latinoamericanos ricos en recursos. Estos acuerdos son fundamentales para la seguridad de los recursos del país asiático.
La naturaleza y el alcance de las relaciones de China con los países latinoamericanos varían. Por ejemplo, las relaciones de China con Venezuela y con Brasil difieren significativamente, lo que refleja las dinámicas e intereses específicos involucrados. Venezuela tiene una dependencia de China, su principal acreedor. Brasil, por su parte, es un socio estratégico del gigante asiático.
Cada país, una historia: Brasil
Brasil es una de las economías más grandes del mundo, lo que lo convierte en un actor importante en el sistema económico global. Su influencia en asuntos regionales y globales es innegable, además de que es miembro del BRICS (junto con Rusia, India, China y Sudáfrica), que representa un bloque de economías emergentes con una influencia cada vez mayor en los asuntos económicos y políticos globales. Brasil es un competidor histórico de México en los espacios de influencia de la región. La llegada de Lula a la presidencia brasileña, así como la precaria participación de AMLO en asuntos internacionales, ha menoscabado nuestra presencia.
Brasil es el principal hogar de la selva amazónica, un componente crítico de la biodiversidad global y la regulación climática. Su conservación y gestión sostenible son esenciales para atender el cambio climático y los problemas ambientales globales. Enfrenta desafíos relacionados con la corrupción, la inestabilidad política y la desigualdad económica, que pueden afectar su posición nacional e internacional. Como un importante exportador de productos agrícolas, Brasil desempeña un papel crucial en la seguridad alimentaria mundial. Su sector agrícola es vital para satisfacer las crecientes demandas alimentarias del mundo.
Argentina, por su parte
Argentina enfrenta uno de los momentos más complicados de su historia reciente. Actualmente encara desafíos económicos, incluida la hiperinflación, los déficits fiscales y la creciente deuda, principalmente con China. Abordar estos temas es crucial para el papel del país en la economía global. Tiene una historia de diplomacia activa y participación en organizaciones internacionales, incluidas las Naciones Unidas. Ha estado involucrado en esfuerzos globales de mantenimiento de la paz y desempeña un papel en la configuración de políticas internacionales sobre diversos temas. El papel de Argentina en la nueva configuración mundial está supeditado a los desafíos económicos internos y su dinámica política interna, lo que puede afectar su capacidad para desempeñar un papel más importante en el escenario global.
Venezuela y su crisis política
Venezuela lleva décadas inmersa en una crisis política, marcada por una lucha de poder entre el gobierno del presidente Nicolás Maduro y las fuerzas de oposición encabezadas por figuras como Juan Guaidó. Esta crisis ha tenido implicaciones regionales e internacionales, y los países han adoptado diferentes posturas sobre el reconocimiento de la legitimidad del gobierno venezolano. Entre tanto, su economía rota ha enfrentado graves desafíos, incluida la hiperinflación, la contracción económica y la escasez de bienes y servicios esenciales. La disminución de la producción de petróleo, que es una importante fuente de ingresos para Venezuela, ha tenido un impacto importante en la estabilidad económica del país.
La crisis de Venezuela ha atraído la atención de las potencias globales, y diferentes países tienen intereses divergentes en el futuro del país. Factores geopolíticos, como la seguridad energética y la influencia regional, han influido en su participación internacional. Se antoja difícil que, ante esta situación, ese país pueda participar y mucho menos determinar el camino de la nueva configuración mundial, sin embargo, a contracorriente, lo hace.
Por lo que hace a México
A pesar del menosprecio del gobierno mexicano por los asuntos internacionales, el fenómeno de relocalización de las inversiones o nearshoring, principalmente de Asia a nuestro país, llama la atención debido a, entre otros factores, su posición geográfica. Comparte una larga frontera con EUA, lo que tiene importantes implicaciones económicas y políticas.
México es un actor importante en el comercio y la economía globales. Es miembro de varios acuerdos comerciales, incluido el T-MEC, y es destino destacado para las operaciones manufactureras, particularmente de la industria automotriz. Asimismo, tiene un papel histórico en la migración, particularmente en lo que respecta a los flujos de personas hacia EUA. Los migrantes mexicanos y latinoamericanos son parte de la diáspora global y contribuyen al tejido social de nuestro vecino del norte. También enfrenta desafíos de seguridad relacionados con el narcotráfico, el crimen organizado y la violencia. Estas cuestiones tienen implicaciones regionales e internacionales.
Los demás países de la región
En mayor o menor medida, los otros países del continente inciden en la geopolítica. Quizá un ejemplo de sus posiciones han sido las recientes reacciones en el conflicto Israel-Hamás-Palestina, donde algunos de ellos han retirado o llamado a consultas a sus embajadores en Israel.
Lo que estamos observando en la región latinoamericana es el resultado de las relaciones de las últimas décadas. EUA, por ejemplo, ante la creciente membresía de la Unión Europea, tuvo, a finales del siglo pasado, la iniciativa de crear el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que el presidente Chávez se encargó de sepultar durante la IV Cumbre de las Américas, celebrada en Mar del Plata, Argentina, en 2005. En su última edición de este foro, en junio de 2022, las ausencias marcaron el nivel de la relación y poder de convocatoria de los EUA. Así se entiende también el reciente anuncio del presidente Biden durante la celebración de la primera Cumbre de Líderes de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEP), sobre la creación de “bonos verdes”, con el objetivo de ayudar a los países de Latinoamérica a reducir sus deudas y prosperar económicamente. Veremos qué sucede durante la 30 edición del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), previsto del 15 al 17 de noviembre en San Francisco, California, ocasión a la que, contra su costumbre, asistirá AMLO, y en la que participará el presidente chino, Xi Jinping.
Por su lado, la Unión Europea lanzó la iniciativa Global Gateway en diciembre de 2021, que consta de un cuantioso fondo de financiación, ecológico y digital, que busca competir con la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China. El proyecto tiene enorme importancia estratégica y un gran potencial para la Unión Europea.
Los esfuerzos estadounidenses y europeos para acercarse a América Latina buscan compensar su desinterés por la región en las últimas décadas; al fin y al cabo, Latinoamérica comprende 33 países que son clave para sostener un orden multilateral basado en normas y cuyos votos han cortejado China y Rusia en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Algunas preguntas que surgen ahora, y que atenderemos en la segunda parte de este artículo, tienen que ver con ¿cuáles serían las reacciones de los países latinoamericanos si escalaran las hostilidades en los conflictos de Rusia-Ucrania y en la Franja de Gaza? ¿A quién apoyarían ante una posible invasión de China a Taiwán? O ante un proceso electoral poco transparente en México en 2024, ¿habría alguna condena por parte del resto de los países latinoamericanos? o, peor aún, ante el desconocimiento del resultado ¿qué países de la región lo condenarían? Además, existe la posibilidad de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca el próximo año. De ser el caso, ¿cómo cambiaría la ecuación en la región?
#AméricaLatina #CrisisClimática #CrisisInternacionales
*Aldo Gaínza es economista con amplia experiencia en la administración pública federal y estatal. Ha sido profesor invitado en diferentes universidades, entre las que destaca la Universidad de Guanajuato. Es especialista en relaciones internacionales y comercio mundial. Ha sido asesor de subsecretarios de estado y consejero comercial de México ante la Unión Europea. Ha participado en múltiples negociaciones y reuniones bilaterales defendiendo los intereses de México. Es Maestro en Administración Pública y Política Pública por el Tecnológico de Monterrey.