La política económica de EUA en tiempos de cambio (I), por Graciela Gutiérrez*
El sector de manufactura a nivel global ha enfrentado importantes retos en años pasados. No sólo la crisis y secuelas del COVID-19, sino también diferentes eventos mundiales, desastres naturales o conflictos bélicos han revelado la vulnerabilidad de las cadenas de suministro. Los diferentes gobiernos en el mundo buscan implementar políticas de largo y corto plazo para hacerles frente: los esquemas de intercambio global se pusieron a prueba y la eficacia de las cadenas de valor como la sustentabilidad energética se volvieron temas cruciales en todas las regiones del mundo.
En este contexto, es crucial identificar los modelos de política pública que se están implementando y cómo afectarán la competitividad de los mercados en los próximos años. Este análisis debe tener una perspectiva más amplia, pues si bien algunos países y regiones han reaccionado a los diferentes retos globales, el diseño de estrategias de corto y mediano plazo son los que definen las condiciones de la manufactura de nuestros socios, aliados y competidores.
EUA: un viraje al cambio climático y seguridad en cadenas de suministro
Estados Unidos, la mayor economía del mundo, después de una década de crecimiento, enfrentó un crecimiento negativo del PIB tras la crisis del COVID-19. La contracción en 2020 fue menos grave que la de otras economías avanzadas y el país se recuperó rápidamente para el segundo trimestre de 2021. El Plan de Rescate Estadounidense (American Rescue Plan) apuntaló el consumo privado, contribuyendo a un crecimiento global del PIB del 6 % durante el año, a pesar de que los cuellos de botella de la oferta y la pandemia misma en curso arrastraron parcialmente la actividad económica.
A pesar de esta recuperación, el gobierno de EUA hace un análisis y reconoce que la pandemia y la dislocación económica resultante revelaron vulnerabilidades importantes en las cadenas de suministro. Los drásticos impactos de la pandemia en los patrones de demanda de una variedad de productos médicos, y a medida que el mundo pasó a trabajar y aprender desde casa, se creó una escasez global de chips semiconductores que afectó a los productos automotores, industriales y de comunicaciones, entre otros. Los fenómenos meteorológicos extremos, derivados del cambio climático, exacerbaron aún más esta escasez y las cadenas de suministro de productos clave reflejan una importante presión.
¿Cuál fue la respuesta de política económica en los últimos meses del gobierno de EUA? El 24 de febrero de 2021, el presidente Joe Biden firmó la Orden Ejecutiva (EO) 14017, “Cadenas de suministro de Estados Unidos”, en la que instruye a su gobierno a realizar una revisión exhaustiva de las cadenas de suministro críticas del país para identificar riesgos, abordar vulnerabilidades y desarrollar una estrategia para promover la resiliencia. Cuando el presidente firmó la orden, invocó un viejo proverbio: “Por falta de un clavo, se perdió el zapato. Por falta de una herradura, el caballo se perdió”. Y así sucesivamente, hasta que el reino se perdió. Pequeñas fallas incluso en un punto de las cadenas de suministro pueden afectar la seguridad, los trabajos, las familias y las comunidades de los Estados Unidos.
Para llevar a cabo esta revisión integral, la Administración Biden estableció un grupo de trabajo interno que abarcó más de una docena de departamentos y agencias federales. Docenas de expertos realizaron estudios detallados de las cadenas de suministro para productos críticos y desarrollaron políticas que fortalecerán la resiliencia.
De acuerdo con esta Orden Ejecutiva (EO) 14017 del presidente Biden, se instruyó a los departamentos de Comercio, Energía, Defensa y Salud y Servicios Humanos que identificaran riesgos en la cadena de suministro para tecnologías críticas, como baterías de alta capacidad, empaques avanzados y productos farmacéuticos, y solicitó a los secretarios de cada Departamento que ofrecieran recomendaciones políticas para hacer frente a estos riesgos. Así, la Casa Blanca publicó un informe titulado “Creación de cadenas de suministro resistentes, revitalización de la fabricación estadounidense y fomento del crecimiento de base amplia”.
El informe identifica cinco vulnerabilidades clave de la cadena de suministro:
Capacidad de fabricación estadounidense insuficiente
Incentivos desalineados y cortoplacismo en los mercados privados
Políticas industriales adoptadas por países aliados, socios y competidores
Concentración geográfica en el abastecimiento global
Coordinación internacional limitada.
Para abordar estas vulnerabilidades, el informe describe recomendaciones de políticas y proporciona instrucciones detalladas para lograr esas recomendaciones. Afirma que años de priorización de la eficiencia y bajos costos sobre la seguridad y la sostenibilidad han dado como resultado riesgos importantes que requieren un enfoque renovado. Se propone, entre otras:
Crear medidas para que la administración duplique la infraestructura de innovación, reinvirtiendo en investigación y desarrollo (I+D)
Apoyar el desarrollo de mercados que invierten en los trabajadores, valoran la sostenibilidad e impulsan la calidad mediante la creación de estándares del siglo XXI para la extracción y el procesamiento de minerales críticos
Aprovechar el papel del gobierno como comprador e inversionista en bienes críticos mediante el uso de adquisiciones federales para fortalecer las cadenas de suministro
Fortalecer las normas comerciales internacionales, incluidos los mecanismos de cumplimiento comercial
Trabajar con aliados y socios para disminuir las vulnerabilidades en las cadenas de suministro globales, ampliando el compromiso diplomático multilateral
Supervisar las interrupciones de la cadena de suministro a corto plazo mediante el establecimiento de un grupo de trabajo y la creación de un centro de datos para monitorear las vulnerabilidades.
Considerando este análisis, el presidente Biden presentó diversas iniciativas como parte de su agenda legislativa económica. Destacan importantes proyectos relacionados con infraestructura. El primero de los cuales fue la Ley de Inversión en Infraestructura y Empleos, que se enfoca en la “infraestructura tradicional”.
En agosto de 2021, el Senado aprobó “The Infrastructure Investment and Jobs”, en una votación bipartidista, pero la medida se envía a la cámara baja y es hasta el 15 de noviembre de 2021 cuando el proyecto de ley finalmente es aprobado y promulgado como ley por el presidente Biden. No fue nada fácil la aprobación de esta iniciativa. Los progresistas habían amenazado con votar en contra de la medida, pero, en el último minuto, acordaron apoyarla después de que los moderados prometieron que respaldarían el proyecto de ley conocido oficialmente como “Build Back Better Act”.
“Generaciones a partir de ahora, la gente mirará hacia atrás y sabrá que aquí es cuando EUA ganó la competencia económica del siglo XXI», dijo el presidente Biden en un comunicado emitido el viernes 6 de noviembre de 2021, poco después de que la Cámara de Representantes aprobara el monto de $1.2 billones para la Ley Bipartidista de Inversión en Infraestructura y Empleos con una votación de 228 a 206. Entre los recursos considerados en esta ley destacan:
$110 mil millones de dólares para carreteras y puentes
$65 mil millones para la red eléctrica
$65 mil millones para banda ancha
$55 mil millones para infraestructura de agua
Más de $50 mil millones para ciberseguridad y cambio climático
$39 mil millones para el transporte público.
$25 mil millones para aeropuertos
$21 mil millones para el medio ambiente
$17 mil millones para puertos
$ 11 mil millones para la seguridad
$ 8 mil millones para infraestructura de agua occidental
Factura de $7.5 para estaciones de carga de vehículos eléctricos
$7.5 mil millones para autobuses escolares eléctricos.
La política industrial derivada de este conjunto de medidas intenta asegurar que Estados Unidos logre consolidar un liderazgo económico y político basado en la tecnología. Es una apuesta entre políticas de largo aliento centradas en grandes inversiones en infraestructura y posicionar la agenda política en medio de la turbulencia. En la siguiente parte se analizará con detalle las iniciativas de combate a la inflación.
*Graciela Gutierrez es una especialista en gestión pública, incluido el desempeño en gobierno federal y empresas globales en materia de relaciones institucionales.