Reinventando la industria automotriz y el negocio de la movilidad, por Iván Zavala*
Cada vez que veo a un adulto en una bicicleta recupero la esperanza por el futuro de la raza humana.
H.G. Wells
La movilidad será multimovilidad
¿Se imaginan recorrer 25 kilómetros o más en una ciudad (en cualquier capital del mundo es una distancia común) a trote de caballo y llegar a un “estacionamiento” de caballos, sin considerar la higiene? Seguramente habría bastantes accidentes por ir al teléfono y otros problemas relacionados. Imaginen la logística para amarrar caballos en un aeropuerto, un estadio o un rascacielos.
Desde mi punto de vista, hay dos inventos que le dieron forma al siglo 20 y transformaron a la humanidad: la manera de vivir, de desarrollarse, de planear el crecimiento. Estos dos inventos son el automóvil, que permitió que las ciudades crecieran a lo ancho, y el elevador, que permitió que las ciudades crecieran hacia arriba. Pero hoy hablaré del automóvil y, en general, de la movilidad, pero con miras al futuro. Es un hecho que no nos vamos a transportar en caballo, burro, camello o elefante en el siguiente siglo, si todo sale bien.
La producción en serie del automóvil permitió que la economía floreciera; ya fuera reduciendo distancias, permitiendo el traslado de mayor cantidad de bienes en menor tiempo y desde luego la innovación resultante de la investigación y desarrollo en el sector: tecnología que hoy encontramos en juguetes de niños fue el resultado de ese proceso.
También la producción en serie del automóvil creó cadenas de proveeduría globales. En el corazón de la industria automotriz, en Michigan, en el Detroit Institute of Arts, hay unos frescos donde Diego Rivera retrató la industria con mano de obra mexicana, hule del amazonas y otras cosas, un mural de 1933 que hoy es vigente; claro, sin considerar la industria china y la evolución tecnológica que para esa época era inimaginable.
Así, la industria automotriz, desde Detroit, fue uno de los detonadores del desarrollo económico, científico y tecnológico que transformó el planeta durante el siglo pasado. Dato curioso: Downtown Detroit es más un asterisco y no una cuadrícula en sus calles y avenidas, bajo la idea de que de ahí nacieron los caminos que llevaban a diferentes puntos de la unión americana.
Pero a más de 115 años del Ford Modelo T y su línea de producción, hoy la movilidad presenta un sinfín de retos y oportunidades que van más allá del automóvil como lo conocimos o bien el autobús o camión de carga como derivados de este.
Confieso ser un “transportador alternativo”. En una semana cualquiera utilizo patín del diablo eléctrico, bicicleta, motocicleta y como último recurso el automóvil. Esto es desde hace más de 20 años. Y soy un convencido de la urgencia de pensar distinto la movilidad y el papel del auto.
Hace algunos años, me hice una pregunta y la hice en diferentes foros relacionados con la industria automotriz: ¿Qué pasará con la industria mexicana con la llegada del auto eléctrico? Entonces aprendí que el software y las tecnologías de información tenía un papel protagónico en el auto y que solo crecería.
No les hablo de los sistemas de infoentretenimiento que se volvieron comunes, en un momento atendemos eso. Me refiero a los sistemas “no visibles” que hacen funcionar el auto: inyección electrónica, controles de tracción, estabilidad, distribución de frenado, ABS y de ahí otras funcionalidades como limpia parabrisas automático, bloqueo de puertas, encendido automático de luces.
Desde principios de este siglo 21, el automóvil es dependiente de una computadora o centralita, y en muchos casos varía, según la marca y modelo, para poder funcionar. Existen sistemas operativos especializados, así como Windows, Android o iOS, pero especializados en automóviles y que no se pueden dar el lujo de fallar o ser lentos. Imaginen que el sistema de frenado sea lento en una emergencia o que el auto se tarde 3 minutos en encender porque le falta memoria o su procesador no es reciente.
Bueno, el negocio del automóvil y el transporte hoy depende de las tecnologías de información y los microchips. Seguramente se enteraron de que durante la pandemia se dio la escasez de vehículos nuevos, esto precisamente por la falta de chips de silicón. La capacidad de producción y la disponibilidad de materias primas era limitada y se tuvo que priorizar la fabricación de otros insumos, desde armamento hasta computadoras, dejando a las consolas de videojuegos y los automóviles en segundo plano.
Ahora bien, en el contexto del “auto digital”, por llamarlo de alguna manera, ¿qué papel puede jugar México?
México ha sido un jugador importante en la manufactura automotriz, con operaciones importantes de los jugadores tradicionales en México como Volkswagen, Ford o Nissan. Después llegaron más: Kia, Mazda, Audi. Ya sea por la mano de obra o las ventajas que ofrecen los tratados comerciales, nuestro país es un gran destino para esta industria, pero también para la de soldadura y tornillos.
Los coches hoy son diseñados en Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Japón, China y armados en países como México, donde se reciben insumos (digitales o físicos) para su armado.
Un insumo digital puede ser el diseño de una pieza en un archivo 3D que será fabricada por inyección de plástico en México o el código fuente del sistema que opera el control de estabilidad. Todos esos insumos son creados en otros países y ahí está una gran oportunidad para nuestro país.
El famoso y poco entendido nearshoring
En estos tiempos post covid, donde Estados Unidos y Europa buscan reducir su dependencia de China, se habla mucho de la importancia del nearshoring y el papel de México. Este concepto en la industria de la tecnologías de información no es nuevo, de hecho podríamos decir que es viejo.
La palabra toma como referencia el modelo tradicional de ese negocio conocido como offshoring, que era el de realizar esas actividades en India. Sin embargo, los retos de distancia, diferencia horaria y hasta de cultura de negocios permitieron a México tomar un lugar en el sector desde principios de este siglo, logrando ser el tercer destino a nivel global para servicios de TI en el año 2010.
Esto es muy importante en el mundo del automóvil y la movilidad. Cada día encontramos más alternativas y modelos de negocio. Desde las motocicletas, donde México también juega un papel importante con Italika, que es uno de los diez fabricantes de motos más grande del mundo por volumen de motocicletas vendidas al año. Pero lo más atractivo, y la mayor área de innovación, está en los nuevos vehículos como patines, motonetas y bicicletas eléctricas, o bien los modelos de negocio como Uber que confío seguirá evolucionando, y del potencial de nuevas aplicaciones como las que trazan rutas multimodal o encuentran el mejor medio de transporte costo-beneficio para llegar a tu destino.
Todos los anteriores, al igual que el automóvil, dependen de software y electrónica. Todos ellos y otros más son necesarios para el futuro de la movilidad.
¿Cómo será la movilidad en el futuro?
Cuando hace más de diez años mi hijo me preguntó cuándo aprendería a manejar, le respondí que tal vez nunca. No, al menos, por necesidad de transporte, quizá lo aprendería por gusto.
Desde mi punto de vista, la movilidad en el futuro será multimodal y bajo demanda. Imaginen un Uber con esteroides. No es que sea promotor de la empresa, pero sirve para el ejemplo.
¿Te has preguntado, si posees uno o más vehículos, cuantas horas al día pasan estacionados, sin hacer nada? ¿Tomarías un portafolio con 500 mil, un millón o más de pesos y lo dejarías en un closet? Creo que en el futuro no deberíamos poseer vehículos.
Veo un futuro donde podemos pagar por un servicio de movilidad multidispositivo. Si voy a ir a la tienda a un kilómetro de mi casa, puedo tomar un patín del diablo en la banqueta, como sucedió en Polanco y otras colonias previo a la pandemia. Si mi recorrido es un poco mayor, podría tomar una bicicleta eléctrica.
Quizá me toque hacer las compras en el supermercado, un pequeño auto compacto, eléctrico, simple con una autonomía limitada, hará el trabajo perfectamente. Pero si tengo un recorrido más largo en la ciudad, un sedán para llevar a 4 personas a una reunión de negocios o una comida familiar, puede funcionar mejor.
Para el fin de semana, una camioneta PickUp o SUV para ir al campo con los perros o pasear en bicicleta por la montaña, puede ser el mejor vehículo para la ocasión.
En algunos casos, estaremos dispuestos a manejar; probablemente si voy a una cena y tomo unas copas, preferiré un chofer que me lleve seguro a mi destino.
Este futuro puede ser muy amigable con el bolsillo del usuario, no requieres tener diversos vehículos o dispositivos, no te preocupas por la gasolina o carga eléctrica, mantenimiento, seguro, etc. Pero sí aprovechas las ventajas que cada uno ofrece.
Ese futuro también será el más amigable con el medio ambiente.
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*Iván Zavala es desarrollador de negocios, ejecutivo de marketing y comunicaciones con experiencia global. Participó en la estrategia de crecimiento de Cognizant Latinoamérica (Nasdaq: CTSH) apoyando operaciones y a través de Desarrollo de Negocios y Asuntos Corporativos. Asegurando compañías Global 2000 como clientes y acelerando el crecimiento de ingresos. Anteriormente estuvo a cargo del diseño y operación de servicios de consultoría y Políticas Públicas de TI e Innovación para organizaciones globales, ayudando a más de 200 clientes a crecer sus negocios a nivel internacional. Hoy es Chief Innovation Officer en Hospitales Mac, diseñando el futuro de la atención médica en México.